El descubrimiento pone de manifiesto que el cáncer existía en el pasado. Además hallan restos de un tumor en un niño de hace 1,98 millones. EL MUNDO, Madrid 29/07/2016
Un equipo de científicos de la Universidad de Witwatersrand (Johannesburgo) y del Centro Sudafricano de Excelencia en Paleociencias han hallado las evidencias más antiguas de un cáncer en humanos.
Según han revelado en un comunicado, se trata del metatarso de un pie fosilizado de hace 1,7 millones de antigüedad hallado en la cueva sudafricana de Swartkrans, situada a unos 40 kilómetros al noroeste de Johannesburgo.
Los investigadores desconocen la especie exacta a la que pertenecen los restos, pero están convencidos de que se trata la evidencia definitiva de un cáncer maligno en un humano bípedo. “Examinamos este hueso particular con una muestra de osteosarcoma humano moderno, y se veía idéntico (…) Millones de años, y uno no podría notar la diferencia”, explica Edward John Odes, de la Escuela de Ciencias Anatómicas de la Universidad de Witwatersrand.
El tumor más antiguo
El equipo de científicos además ha hallado también el tumor más antiguo encontrado en un fósil humano. Se trata de un tumor benigno detectado en las vertebras de un niño de la especie Australopithecus sediba, de 1,98 millones de años y procedente de la cueva sudafricana de Malapa, según el estudio publicado en la revista South African Journal of Science.
En el primer caso, los investigadores no han podido determinar si se trata de un individuo joven, un niño, o de un adulto. De hecho, el cáncer ha sido identificado como un osteosarcoma, un cáncer óseo, el octavo tipo más frecuente de cáncer infantil y uno de los más agresivos en la actualidad, por lo que los investigadores sospechan que el individuo podría ser un niño.
“No sabemos si lo padeció un niño o un adulto, ni siquiera si causó la muerte del individuo, pero seguro que fue doloroso y afectó a su modo de caminar o correr“, asegura otro delos científicos del equipo, Bernhard Zipfel, de la Universidad de Witwatersrand.
En cuanto al tumor, los científicos califican el descubrimiento de “fascinante”. En primer lugar, porque se ha hallado en la espalda, “un lugar raro en los humanos modernos”, y en segundo lugar, porque ha sido en un niño.
No hay variación
Lo más llamativo de estos descubrimientos, especialmente del cáncer, es efectivamente que no hay ninguna variación entre el cáncer hallado en el pie y uno actual. Los científicos intentan averiguar ahora cómo es posible que el ser humano haya evolucionado y el cáncer no. “Lo que tenemos es que estos tipos de cánceres existieron hace muchos años, y estamos viendo lo mismo hoy en día. Lo habitual, en una evolución biológica, es ver algún cambio en uno de los dos”, añade Odes.
El descubrimiento, además, supone una revolución porque hasta ahora los científicos no había hallado pruebas de la existencia de cáncer en épocas tan antiguas. El hallazgo rompe con esta teoría y con la concepción que se tiene de los orígenes del cáncer. “El punto clave es que la noción de que el cáncer es un gran problema continuo en el mundo desarrollado. Incluso si somos llevamos estilos de vida muy saludables y perfectos, aún tenemos la capacidad de padecer cáncer”, insiste Odes a la CNN.
“La medicina moderna tiende a asumir que los cánceres y tumores en los seres humanos son enfermedades causadas por el estilo de vida moderno y nuestras circunstancias ambientales. Nuestros estudios demuestran los orígenes de estas enfermedades, y que nuestros parientes más antiguos las padecieron millones de años antes de que existieran las modernas sociedades industriales”, añade.
El hallazgo supone, por tanto, que los cánceres no son enfermedades de los tiempos modernos, sino que también los padecieron los antepasados más antiguos del ser humano. Y aunque sí existe la certeza de que los cánceres se están acelerando debido a factores externos actuales como toxinas ambientales, virus, alimentación y otros aspectos del estilo de vida moderno, el descubrimiento pone de manifiesto que este tipo de enfermedades estaban presentes en el pasado.
Información procedente de: http://www.elmundo.es/ciencia/2016/07/29/579b1db3e2704ee55a8b465b.html