EXPOSICIÓN. Viernes Santo. 75 aniversario de los Titulares de la Hermandad del Santo Entierro.
Museo de Alcalá de Guadaíra. Del 23 de septiembre al 23 de octubre de 2016.
El Santo Entierro de Alcalá celebra su LXXV Aniversario de sus imágenes con una exposición
La muestra permanecerá abierta hasta el 23 de octubre
Por ALBERTO MALLADO, 29 de septiembre de 2016
El Santo Entierro de Alcalá pone en la calle un cortejo que es una verdadera reliquia histórica. Mantiene elementos y maneras propios, algunos que fueron comunes en este tipo de hermandades y que han desaparecido en la gran mayoría. Una estampa de otro tiempo, compleja en su simbología y rica en su estética.
La corporación ha transitado a lo largo de cuatro siglos adaptándose a duras circunstancias y superándolas. Una de ellas, trágica, fue la quema intencionada de sus imágenes en 1936. La hermandad se repuso con el encargo de nuevas tallas al imaginero alcalareño Manuel Pineda Calderón. Precisamente ahora se cumple el 75 aniversario de la hechura de sus titulares, la Virgen de la Soledad y el Cristo de la Buena Muerte. En el marco de las celebraciones asociadas se ha programado una exposición que puede verse estos días en el Museo de Alcalá y en la que se cuenta la historia y la esencia de la hermandad tomando como elementos narrativos enseres, pintura, talla, orfebrería, bordados, fotografías, documentos, piezas del ajuar de la Virgen o túnicas. El licenciado en Historia del Arte y profesor del colegio Enrique Ruiz Portillo es el comisario de la muestra para la que la ha contado con la colaboración de un grupo de más de 50 personas.
La hermandad tiene su origen en su vinculación con la orden Carmelita, en el siglo XVI. Hay testimonios que cuentan su estancia en el desaparecido convento de la orden, en el que labró su capilla. La invasión francesa y la Desamortización de 1835 acabaron con el convento y la hermandad se reorganizó para adaptarse a su nueva situación. En esta etapa, a finales del siglo XIX se incorpora al cortejo procesional una de sus singularidades, el paso alegórico del Triunfo de la Santa Cruz, la popular «canina», que aún procesiona y que lo hace en un paso de estilo neogótico que acumula más historia a la corporación, ya que perteneció a las hermandades sevillanas del Calvario y la Estrella. Se exhibe el paso completo, en lo que es uno de los contenidos más relevantes de la muestra.
La devoción de la Soledad
El segundo capítulo de la muestra se centra en la devoción de la Soledad de María, que en el origen fue la principal advocación de la hermandad, por encima del Santo Entierro de Cristo. Como piezas se exhibe un espléndido conjunto de prendas bordadas de paso de Duelo, realizado a finales del siglo XIX y en los que intervino Rodríguez Ojeda. Pertenecieron a la hermandad sevillana de La Mortaja. En las salas del Museo pueden verse las imágenes de las Santas Mujeres, obras de Pineda Calderón que figura en el paso de Duelo, la corona de plata de la Virgen, una pieza del siglo XVIII, paños de bocina de Rodríguez Ojeda y el sinelabe que este mismo bordador hizo para la hermandad en 1923 y que se ha recuperado.
La figura del imaginero Pineda Calderón centra otro de los capítulos de la exposición, por la importancia de su figura para la corporación. Con la pérdida de sus imágenes y de la mayor parte de sus bienes en 1936, se abre una nueva etapa. Pineda Calderón se aplica a reponer lo perdido y más allá de ello, da un sello estético uniforme a toda la hermandad. Es el autor de todas sus imágenes, pero también de los pasos de la Urna y del Duelo. Dos joyas barrocas, doradas en las que Pineda dejó patente su universo creativo. La muestra recoge esculturas, bocetos preparatorios, documentación y el diseño original del paso de Duelo.
La última parte de la muestra se centra en el Santo Entierro de Cristo. Para ello se exhiben elementos del paso del Sepulcro y diversos elementos del cortejo procesional que hoy día se articula como una gran ceremonia funeraria con Cristo de la Buena Muerte como eje. En el cortejo del Viernes Santo figuran así las mujeres vestidas de Sibilas (que profetizaron la venida del Señor); Virtudes (Fe, Esperanza y Caridad) y Santas Mujeres, que portan los atributos de la Pasión de Cristo. También una cohorte romana que custodian el cuerpo de Cristo, representaciones de las hermandades, autoridades y nazarenos. De todas estas singularidades se da cuenta en la muestra. Junto a ellas, con piezas que forman parte del día a día de la hermandad, se saca a la luz la intimida de su vida diaria, el funcionamiento de su capilla, la labor social o los cultos. También pueden verse algunas recuperaciones históricas como las antiguas túnicas de nazarenos o la figura del pidón.
La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 23 de octubre.