“Aquí ruego al lector que observe que siempre tendrá una idea muy imperfecta de las extensas ruinas de Tebas, aun cuando las describa el más habilidoso y preciso de los viajeros” (1). Giovanni Belzoni, el intrépido gigante de Padua que desmenuzó el Egipto del siglo XIX a través del relato de sus viajes, se mostraba incapaz de transmitir con palabras la impresión que le provocaban tan majestuosas ruinas.
En la era de la realidad aumentada, del 3D y de la virtualización, puede resultarnos difícilmente explicable esta sensación, pues vivimos en una sociedad de iconos en la que la imagen domina todas las esferas de la vida. Sin embargo, durante mucho tiempo, la ilustración ha sido la manera a través de la que los grandes yacimientos de la antigüedad han llegado hasta el gran público. Los elegantes grabados de Palmira elaborados por Robert Wood (1717-1771); las evocadoras imágenes de Roma transmitidas por Giovanni Battista Piranesi (1720-1778) o las románticas litografías de los viajes de David Roberts (1796-1864), fueron experiencias pioneras en aquello de hablar a través de las imágenes.

La obra de Jean-Claude Golvin va un paso más allá. Sus acuarelas recogen el testimonio de arqueólogos y fuentes históricas para recrear el pasado, para reconstruirlo a base de color, pero también del gran conocimiento técnico que le proporcionaba su profesión de arquitecto. Son como pequeñas pinceladas de nuestro pasado más remoto. Dice Frèdèric Lontcho, redactor jefe de la prestigiosa revista L’Archéologue y autor del prefacio de “Viaje por el Antiguo Egipto”, que “toda restitución, como todo plano arqueológico, es falsa por definición… ¿Pero no resulta preferible proponer estas imágenes?”. Cuando vemos los dibujos de Golvin no pensamos en si se ajustan o no a la realidad de un momento histórico determinado, solamente nos dejamos llevar por sus trazos, que materializan de algún modo el brumoso recuerdo de un esplendoroso pasado del que hoy solo quedan ruinas.

En “Viaje por el Antiguo Egipto” (Desperta Ferro, 2016), Golvin nos propone un recorrido desde Abu Simbel hasta Alejandría, acompañando al río Nilo desde el Alto Egipto hasta el Delta. Su mirada no solo se centra en los enclaves más emblemáticos, sino también en otros que, desde su anonimato, también contribuyeron a forjar la historia del país de los faraones. Así nos encontramos con lugares como las canteras de arenisca de Gebel el-Silsila, las explotaciones de granito de Mons Claudianus o las minas de pórfido de Mons Porphyrites; con campamentos militares como los fuertes de Tell el-Zarqa o Dusch, o con ciudades como Hibis, en el oasis de Jariyá o el templo de Serabit el-Khadian, en la península del Sinaí.

El libro no es solo un recorrido espacial, también temporal. Nos encontramos con el Karnak de época helenística y romana o el castrum en el que fue convertido el templo de Luxor en época imperial. No faltan incursiones más conocidas, como la del Valle de los Reyes, la ciudad de Deir el-Medina o los enclaves de Saqqara, Guiza, Dahshur, Dendera, Abidos, Tell el-Amarna, Kom Ombo, Edfú o la mencionada Abu Simbel.
Uno de los aspectos más interesantes son los textos que acompañan a cada imagen. A partir de testimonios de fuentes antiguas, como Heródoto, Plutarco o Diodoro; de relatos de viajeros moderno, como Belzoni o Champollion o de textos de renombrados egiptólogos, todas las ilustraciones están acompañadas de una completa información para su interpretación, por lo que el libro constituye una pequeña sinopsis de la historia de Egipto.

La edición de Desperta Ferro dispone además de interesantes y útiles elementos contextualizadores. Una fabulosa ilustración a cuatro páginas con un mapa de todo el río Nilo que incluye la ubicación de los enclaves seleccionados; la tabla cronológica que acompaña a cada dibujo para indicar el período al que pertenece; un apartado final de referencias de los textos explicativos; un completo glosario; una prolija tabla cronológica de los faraones de época tinita hasta la época romana y un apartado final con la ficha técnica de cada yacimiento en la actualidad completan esta obra imprescindible para los amantes de la historia.

(1) – Belzoni, G. (2012): “Viajes por Egipto y Nubia I. La cabeza del joven Memnón”. Confluencias, Almería. Volumen I, p. 81.