La capilla Sixtina se somete a la foto digital para facilitar futuras restauraciones
Rocío Culebras 18 de marzo de 2017 – @Rociio_cz15 bez@bez.es
La última vez que la capilla Sixtina fue totalmente fotografiada para la posteridad, la fotografía digital se encontraba en sus inicios, y palabras como `pixel´ empezaban a ser utilizadas entre expertos informáticos y científicos de la NASA.
Décadas de avances en la fotografía han dejado atrás los cuartos oscuros y las técnicas de revelado tradicionales. Ahora, gracias a un proyecto que ha durado cinco años, el Museo del Vaticano contará con 270.000 reproducciones digitales que muestran con imponentes y asombrosos detalles los frescos de Miguel Ángel y otros maestros. “En el futuro, esto nos permitirá conocer el estado de cada centímetro de la capilla tal y como está ahora en 2017”, explica Antonio Paolucci, antiguo director de museos y experto reconocido sobre la capilla Sixtina.
Entre los frescos del techo de Miguel Ángel se incluye una de las más famosas escenas de arte -un amable y barbudo Dios estirando el brazo para dar vida a Adan-. El maestro del Renacimiento terminó las pinturas de la bóveda en 1512 y El juicio final, el grandioso panel situado detrás del altar entre 1535 y 1541.
Antonio Paolucci. Exdirector de los museos vaticanos y experto en la capilla Sixtina
En el futuro, esto nos permitirá conocer el estado de cada centímetro de la capilla tal y como está ahora en 2017
La última vez que todos los frescos de la capilla Sixtina fueron fotografiados data de 1980 a 1994, durante el trabajo de restauración que sirvió para limpiarlos por primera vez en siglos. Las nuevas fotografías han sido recopiladas en un nuevo volumen triple, una colección de 870 páginas limitado a 1.999 copias y vendido a librerías y coleccionistas. La colección, que cuesta alrededor de 12.000 euros (12.700 dólares), es una producción conjunta entre los Museos Vaticanos y la Scripta Maneant italiana de editoriales de arte de lujo.
La posterior producción realizada con técnicas de ordenador incluye la unión de los fotogramas digitales de los frescos que los fotógrafos tomaron mientras trabajaban fuera de la vista del público durante 65 noches de siete de la mañana a dos de la tarde, cuando la capilla donde los papas son elegidos estaba cerrada.
El proyecto era solo conocido por algunas personas hasta que fue desvelado el pasado mes de febrero. La colección de fotografías incluye la capilla entera, así como el mosaico del suelo y frescos del siglo XV de artistas que han quedado durante largo tiempo bajo la sombra del gigante Miguel Ángel.
Se trata de una obra con más de 220 páginas impresas a escala 1:1, entre las que se encuentran La creación de Adan y Jesús enfrentando el juicio final. Cada volumen pesa alrededor de 9 kilos (20 libras) y plegado en páginas con medidas de 60 por 130 cm (24 por 51 pulgadas). Las fotografías antiguas que fueron tomadas durante la última restauración se realizaron con película, es decir, el antiguo carrete de fotos.
“Hemos utilizado en la posproducción un software que permite alcanzar los más profundos, intensos, y cálidos colores con todos sus matices con una exactitud del 99,9%” dijo Giorgio Armaroli, director de la empresa Scripta Maneant, encargada del proyecto. “En futuros trabajos de restauración estas imágenes serán utilizadas como referente” comentó. Gracias a la captura al detalle de estas imágenes, las restauraciones a realizar podrán ser mucho más acertadas y absolutamente fieles a lo que son estos frescos en 2017.
Los trazos de los pinceles son claramente visibles así como los bordes que delinean cada sección, conocidos como giornate o jornadas. Como los frescos han sido realizados con pintura húmeda, los artistas prepararon solo lo necesario para completar cada sesión.
Un andamio portátil
Los fotógrafos usaron un andamio portátil de 10 metros de alto y un telescopio de lente especial. Para almacenar todos sus progresos, los resultados obtenidos han sido guardados en el servidor del Vaticano, que soporta 30 terabytes de información.
Ha sido considerada desde siempre una de las obras de arte más completas que existen. La bóveda de la capilla Sixtina reúne un importante conjunto de pinturas al fresco realizadas por Miguel Ángel entre 1508 y 1512, por encargo del papa Julio II. El objetivo era el de sustituir la obra que en ese momento decoraba la capilla, un fondo azul con estrellas doradas, que había pintado Piero Matteo d’Amelia
La bóveda incluye una compleja arquitectura en la que Miguel Ángel narró las historias del Génesis. Lo hizo sin la ayuda de nadie –he aquí una de las grandes proezas del artista– incluyendo las siguientes escenas: La embriaguez de Noé, El diluvio universal, El sacrificio de Noé, Caída del hombre, pecado original y expulsión del Paraíso, La creación de Eva, La creación de Adán (una de las más célebres del conjunto), Separación de las aguas y la tierra, Creación de los astros y las plantas y Separación de la luz de la oscuridad.
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