‘Carmo, quae est longe firmissima totius provinciae civitas’
El empeño de los técnicos del complejo ha conseguido poder abrir las puertas del mismo a visitantes. Ignacio Rodríguez Temiño, director del CAC, cuenta que la idea de la apertura del anfiteatro nació «hace mucho tiempo, tras un estudio llevado a cabo en 2005 sobre la percepción que del anfiteatro tenía el público visitante, la cual era casi nula. La gente quería saber más y entrar», afirma.
Sin embargo, las condiciones de conservación impedían el acceso directo al mismo. Y sobre todo era difícil explicar bien lo que no se conocía. Desde entonces hasta ahora se ha llevado a cabo «una serie de trabajos, primero de análisis y levantamientos realizados por la empresa TCA hace tres años, así como la realización de una campaña de excavaciones arqueológicas o la tesis doctoral del arqueólogo Alejandro Jiménez sobre el mismo coliseo; todo lo cual ha permitido no sólo conocer mejor el monumento, sino también generar un tipo de proyección de su estado original que permitiese una mejor comprensión del monumento», explica Temiño.
Además, el director del complejo añade que en estos trabajos tan delicados querían destacar también «la presencia de la vía Augusta en ese tramo que había sido excavada por María Belén, profesora de Arqueología en la Universidad de Sevilla en los años 80».
Con esas premisas se ha elaborado desde el Conjunto Arqueológico de Carmona un recorrido ilustrado con paneles explicativos que permiten comprender la ubicación del anfiteatro y la importancia de la vía Augusta. Los paneles se acompañan de explicaciones en directo, de ahí que la visita sea guiada. Finalmente, mediante un dispositivo de gafas virtuales, se hace un visionado del aspecto que tendría originalmente el monumento
El más antiguo
La conversación con Ignacio Rodríguez Temiño hace engrandecer aún más la importancia histórica del monumento. El anfiteatro de Carmona es el más antiguo de los construidos en Hispania, pues data del 50-45 a.C., de ahí su prototipo arcaico. Está parcialmente excavado en la roca y el resto, que estaba construido con bloques de sillares, «ha sido reutilizado a lo largo de la historia», afirma el director del CAC.
La infraestructura carece de fosa vestiaria, como su prototipo, que es el de Pompeya. Temiño explica que los animales se introducían en las jaulas mediante un sistema de poleas y cuerdas que iban bajo la tarima de madera sobre la que se desarrollaban los juegos, y que un sistema de postes y redes evitaba que los animales escapasen.
Con la apertura del edificio a visitas, era de obligado cumplimiento preguntar cómo era el día a día de una ciudad tan importante como Carmo. «Es muy largo hablar de la vida en Carmona durante ese tiempo. Pero sí quiero decir que este tipo de espectáculos no enraizaba con las costumbres hispanas de la época. Estos estaban dirigidos para las tropas legionarias y las minorías latinas que vivían en el entorno. Para entendernos, era igual que esos campos de béisbol que hicieron los americanos en Rota o Morón de la Frontera al instalar las bases en Andalucía», concluye Ignacio Rodríguez.