Palacio de los Duques de Osuna: el museo del Capricho será una galería interactiva con proyecciones en 3D
- El complejo, que abrirá en 2019, tendrá como ejes centrales la Ilustración y el papel de la mujer en el XVIII
Ignacio S. Calleja, Madrid 19.XI.2017
Cómo será el futuro museo de El Capricho, cuya apertura está prevista para 2019, ya no es una incógnita. El Palacio de los Duques de Osuna se articulará en tres plantas como un espacio diáfano y polivalente, interactivo y con proyecciones tridimensionales en sus diferentes estancias, con la figura de la mujer y su papel en la Ilustración como hilo conductor. María Josefa de Pimentel, duquesa e inspiración de la galería, será la conexión entre la historia del espacio y la influencia femenina en la sociedad de la época.
La Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento ha diseñado un museo que nace con la premisa de transportar al visitante al siglo XVIII. «Desde la perspectiva de la duquesa como mujer ilustrada, el palacio nos adentra en la riqueza cultural y en el espíritu inquieto, de progreso y transformador de la Ilustración», detalla a ABC la directora general de Museos, Archivos y Bibliotecas, Belén Llera. Así, la sala principal, bautizada como La caja de intercambios, será el punto de partida para ese viaje en el tiempo. Dispuesta en dos alturas, servirá como puente para el resto de estancias. Con posibilidad de acoger conciertos y conferencias, estará dotado con una malla metálica que permitirá tanto el paso de la luz y la vista del exterior como la proyección de películas y proyecciones.
El museo respetará la distribución original del palacio, cuya planta baja estaba dedicada a la esfera pública y la primera a la vida privada de los duques. La caja de intercambios será parte de ese contexto de relaciones sociales, así como la sala denominada como el Jardín ilustrado. Albergará exposiciones de forma permanente, con una reconstrucción de la historia del jardín y su evolución. Se utilizarán recursos de videomapping en mallas idénticas a las de la otra habitación, con proyecciones de mapas, planos y fotos. En esta estancia, además, se darán a conocer la arquitectura de las villas y palacios de la época, concebidos como lugares de recreo y en la actualidad un vestigio único de la nobleza de principios del XVIII y finales del XIX. Los elementos más singulares del jardín, según explican fuentes del área de Cultura, se describirán en los mismos vídeos por «cuestiones de conservación». No obstante, figura como uno de los pilares fundamentales del complejo museístico, concebidos tanto el palacio como el jardín como un elemento.
La primera planta concentrará el significado del museo. Lo que en origen fueron las estancias privadas de los duques, como su dormitorio y la biblioteca, serán ahora una ventana al saber de la época. Los libros, digitalizados, se consultarán con pantallas interactivas. Los muebles, facsímiles, instrumentos musicales y demás enseres se proyectarán en tres dimensiones, con los objetos personales de la duquesa expuestos como si estuvieran en el interior de una vitrina. «La especial erudición de la duquesa, en el contexto de la construcción, adecuación y uso del palacio y el jardín es un ejemplo de cómo las ideas de la Ilustración se abrían paso en la ciudad», explica la directora general de Patrimonio y Paisaje Urbano, Marisol Mena.
Terraza con mirador
Con la segunda planta dedicada a la ciencia y los juegos, con dos terrazas –una con un mirador en el ala oeste– y tres salas cubiertas que coinciden con los torreones, la recuperación de la Sala de Países merece una mención específica. Este espacio, que expuso numerosos cuadros de Francisco de Goya –del que los duques eran mecenas– hará lo propio trescientos años después, gracias a un sistema de reproducción tridimensional en alta calidad. Si bien la primera idea era que el Museo del Prado cediese algunas obras, como el retrato familiar que hizo a los duques, la negativa del Prado hizo que se optase por esta tecnología.
El proyecto, dotado con 4,3 millones de euros, tomará un nuevo impulso a partir de marzo, cuando se prevé que comiencen el grueso de las obras, que se desarrollarán durante un año.