La obra de arte más antigua la hizo un neandertal.
- Fuente: EL PAIS, Manuel Ansede, 23 de febrero de 2018
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- La especie extinguida es la autora de unas enigmáticas pinturas rupestres realizadas en tres cuevas españolas hace 65.000 años
Si la humanidad encontrara vida inteligente en otro planeta sería la noticia del milenio. Esos nuevos seres astutos obligarían al ser humano a replantearse su propia existencia y sus relatos religiosos de la Creación. No seríamos excepcionales. No estaríamos solos. Por sorpresa, esa noticia del milenio llega hoy, pero en pasado: no estuvimos solos. Una nueva datación de unas enigmáticas pinturas rupestres garabateadas en tres cuevas españolas muestra que se ejecutaron hace unos 65.000 años, más de 20.000 años antes de que los humanos modernos, los Homo sapiens, llegaran a la península ibérica. Los artistas solo pudieron ser neandertales. El hallazgo es la portada de la revista Science.
Las implicaciones del descubrimiento son descomunales. Es la primera prueba irrefutable de que los neandertales, extinguidos hace unos 40.000 años, tuvieron “lenguaje, cognición avanzada y pensamiento simbólico”, según explica el arqueólogo portugués João Zilhão, coautor de la investigación. Los dibujos analizados son una mano en negativo ejecutada hace al menos 66.700 años en la cueva de Maltravieso (Cáceres), un depósito mineral cubierto de pintura en una pared de la cueva de Ardales (Málaga) y un signo lineal, similar a una escalera, realizado hace al menos 64.800 años en la cueva de La Pasiega (Cantabria). Son las obras de arte más antiguas que se conocen en el planeta.
Para Zilhão, el descubrimiento “acaba con la narrativa del Génesis, la de los humanos modernos saliendo de África como la especie elegida”. El investigador, de la Universidad de Barcelona, va incluso más allá de las conclusiones publicadas hoy en la revista Science. Zilhão cree que los llamados neandertales —con un cráneo con frente huidiza y un cuerpo más bajo y robusto— eran, en realidad, Homo sapiens. Los neandertales seríamos nosotros mismos.
“Los humanos modernos somos anormalmente homogéneos. En el pasado, la especie humana era más diversa que ahora, como ocurre en otras especies actuales. La variabilidad interna que hoy vemos en los chimpancés es mayor que la que veríamos en todos los humanos pasados y presentes si los considerásemos una sola especie”, reflexiona Zilhão. Según las etiquetas actuales, hace 80.000 años coexistían en la Tierra cinco especies humanas: Homo sapiens, neandertales, Homo floresiensis, Homo erectus y denisovanos. Para el arqueólogo, todas eran lo mismo. “En realidad, nunca hubo más de una especie humana”, sostiene.
“La evolución es muy compleja y tiendo a pensar que los humanos modernos actuales somos el resultado de un delta fluvial que se ha ido nutriendo en su camino evolutivo de una red de afluentes, en este caso de otras poblaciones arcaicas, como los neandertales, que han contribuido a nuestra conformación actual, tal como indican la genética y los fósiles”, opina la paleoantropóloga Josefina Zapata, de la Universidad de Murcia.
Zapata participa junto a Zilhão en otra investigación que se publica de manera simultánea en la revista Science Advances. Los científicos han vuelto a datar unas conchas marinas perforadas y pigmentadas aparecidas en la cueva de Los Aviones, en Cartagena (Murcia). La nueva datación sugiere una antigüedad de más de 115.000 años, más del doble que los 50.000 años calculados en 2010. Para los autores, el resultado confirma que los neandertales ornamentaban sus cuerpos con collares unos 30.000 años antes de que los llamados humanos modernos comenzaran a hacerlo en África. A juicio del paleoantropólogo Erik Trinkaus, de la Universidad Washington en San Luis (EE UU), estos nuevos estudios certifican que “los neandertales y los humanos modernos eran conductualmente y mentalmente equivalentes”.
Gracias a los últimos avances técnicos, en las nuevas dataciones se ha podido emplear el método del uranio-torio. Los investigadores han analizado muestras de unos pocos miligramos de carbonato de calcio tomado de la superficie de las pinturas rupestres. Cuando se forman estos materiales por precipitación, se acumulan trazas de uranio, que decae a torio a un ritmo conocido. La proporción de estos dos elementos químicos desvela la edad precisa de la muestra.
La directora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, María Martinón Torres, no comparte la idea de que neandertales y sapiens fueran la misma especie. “Los neandertales eran marcadamente diferentes en su morfología, en sus adaptaciones biológicas —por ejemplo a climas completamente diferentes—, en su secuencia genética perfectamente distinguible e incluso en su sistema inmune. Y, aunque hubo cruces fértiles [sexo con descendencia entre neandertales y sapiens], también sabemos que hubo problemas de infertilidad, lo que significa que no éramos totalmente compatibles”, afirma la paleoantropóloga.
Martinón, que no ha participado en las nuevas investigaciones, cree que hay dos posibilidades: o la capacidad artística surgió de manera independiente en neandertales y sapiens, “ya que ambos tenían grandes cerebros”, o la heredaron de un ancestro común, hace unos 500.000 años. “A ver si se derriba finalmente la teoría de que los neandertales se extinguieron porque eran cultural y simbólicamente inferiores a los humanos modernos”, sentencia.
El prehistoriador Marcos García Diez, de la Universidad Isabel I (Burgos), subraya otro hallazgo importante de su equipo. En la cueva malagueña de Ardales, los neandertales pintaron al menos en dos momentos diferentes, con 20.000 años de diferencia. “Conservaron una tradición simbólica durante miles de años. El espacio, la cueva, también era simbólico. Alguien tenía que decir: Este es nuestro espacio. Esta es nuestra ermita”.