Una recreación virtual muestra cómo serían las puertas de Sevilla si siguieran en pie
Gracias a tres jóvenes emprendedores sevillanos podemos conocer ahora en vídeo recreaciones de las principales puertas de la ciudad en sus emplazamientos originales
http://www.diariodesevilla.es/vivirensevilla/aplicacion-redescubrir-Bla-ciudadB_0_1099990001.html
Puerta de Jerez
P. Y. Sevilla –
La Puerta de Jerez se llama así porque desde aquí se emprendía el camino hasta Jerez de la Frontera y en este vídeo se puede comprobar su emplazamiento original según los creadores de la aplicación Sevilla Flash. Esta puerta de la muralla de la que hoy no queda nada, estaba a las puertas del arroyo Tagarete, que circulaba paralelo a la calle San Fernando y que desembocaba en la Torre del Oro.
Puerta de la Carne
P. Y. Sevilla –
La Puerta de la Carne estaba situada en la embocadura de Santa María la Blanca y frente al Puente de San Bernardo, era la única puerta al exterior del barrio de la Judería.
Aunque aquí se representa en la Ronda, hay que situarla en el cruce de las calles Cano y Cueto y Santa María la Blanca. Se llamaba «de la Carne» porque frente a ella se encontraba el antiguo matadero situado en el arrabal de San Bernardo.
Puerta de Triana
P. Y. Sevilla –
La Puerta de Triana, que se encontraba en la calle Reyes Católicos (hoy marcada con un distinto adoquinado podemos reconocerla en el suelo) fue una de las que más cerca estuvo de salvarse de la demolición. Era el acceso principal del oeste de la ciudad.
Puerta de Carmona
P. Y. Sevilla –
La Puerta de Carmona era una de las más imponentes de la muralla sevillana, y podemos calificarla como la puerta de las batallas. De ella salían los sevillanos hacia Andalucía Oriental y Madrid.
Remataba la puerta la Inmaculada, y a una de sus torres llegaban los Caños de Carmona, el acueducto que surtía del agua a la ciudad. A día de hoy solo conservamos tres tramos de su largo recorrido.
Puerta del Osario
La Puerta del Osario también desapareció, como la mayoría de las que integraban la muralla. Era quizá una de las más sobrias, con dos torreones que cobijaban el vano central con poco adorno más allá de una corona de almenas.
Aunque en otras representaciones, como el plano del asistente Olavide, aparece sin torres a sus lados y más austera aún.